Durante dos años la artista Israelí, Sigalit Landau, realizó uno de los experimentos que a pocos se les hubiera ocurrido, sumergió un vestido negro del año 1920 al Mar Muerto para que con sus propiedades hiciera de las suyas en la prenda.
Cada día estuvo monitoreando qué es lo que sucedía por la alta salinidad que este mar tiene y sí, el resultado fue fabuloso:
¡Un vestido de cristales de sal!
El proyecto lo denominado Salt Bride estuvo fue sumergido desde 2014 para poder lograr ese mágico efecto. Mira aquí su proceso: