El pastel es una de las partes fundamentales de cada celebración, pero las personas con buen humor no se preocupan por que sea perfecto, sino peculiar y que nadie lo olvide.
Como estas personas que compraron, encargaron o hicieron tortas tan raras que no creemos que ningún invitado haya comido, pero seguramente sí le arrebataron sonrisas a cada uno de ellos.