Durante dos años y medio el pequeño Christian McPhilamy, de sólo 8 años de edad, fue víctima de bullying y sufrió un ambiente hostil en su escuela por causa de su apariencia.
Desde los 6 años Christian se propuso a tener una cabellera larga, rubia y perfectamente bien cuidada que con el tiempo lo hizo lucir un aspecto de niña, siendo confundido incluso por sus profesores y maltratado por sus amigos y vecinos; sin embargo esto nunca lo obligó a desviar la atención de su misión: donar cada centímetro de su cabellera a niños con cáncer del Hospital Infantil St. Jude, en la ciudad de Memphis, Tenneessee.
Su mayor anhelo era dejarlo crecer para que con él se pudiesen hacer pelucas para niños con cáncer.
Nunca le importó que lo confundieran con una niña, pues su objetivo estaba a punto de alcanzarse.
Los mismos adultos intentaban convencerlo para que se lo cortara…
… y pese a eso su cabello alcanzó 35 centímetros aproximadamente.
Y una vez que completó las 4 coletas, le cortaron su cabello.
Listas para entregarse a los niños que las necesiten.
Su padre le ayudó con los detalles finales.
Christian se ha convertido en una inspiración para muchos otros niños que han decidido hacer lo mismo que él luego de haber escuchado su historia.
Su madre, Deeanna Thomas, dijo a un reconocido periódico de Florida estar impresionada por el tremendo impacto que causó la decisión de Christian de tener como meta ayudar a calmar el dolor y la tristeza de otros pequeños que pasan por la terrible enfermedad del cáncer.