Estos niños huérfanos no tenían a nadie que los cuidara, hasta que conocieron a los perros callejeros
Osman es una niña que se levanta temprano de su camita de cartón; sin bañarse ni desayunar, se pone a recoger plástico con sus pequeñas manos a lo largo de las calles de Daca, Bangladesh, tiene la esperanza de cambiarlo por unas cuantas monedas; si tiene suerte, quizá encuentre algo de comida entre la basura…
Esta escena se repite todos los días, pero ninguna persona se acerca a ella para intentar ayudarla o protegerla, a nadie le importa su vida… A nadie, excepto a un perrito callejero llamado Tiger, él es la única familia que ella conoce; siempre la cuida de cerca y no deja que los demás le hagan daño.
Como Osman, cientos de niños huérfanos viven en las calles de Bangladesh
Solo se tienen a ellos mismos y a sus fieles amigos de 4 patas
El fotógrafo Sam Edmos encontró un grupo de niños y perros
Formaban una familia que vivía en un parque de la ciudad
Los niños compartían entre ellos y los canes la comida que conseguían
Los perritos dormían con ellos, manteniéndolos calientitos y fuera de peligro
Sam, además. es un animalista y quiso retratar esta hermosa relación
Por eso fotografió a cada niño con su mejor amigo
En Bangladesh miles de perros callejeros son eliminados cruelmente
La gente los considera “una plaga” portadora de enfermedades
Tampoco se compadecen de los niños sin hogar
Perros y niños, ambos marginados de la sociedad, se adoptan entre sí
Valoran su mutua compañía porque saben lo difícil que es la vida
Es la amistad más pura y desinteresada que puede existir
