No es posible siquiera imaginar la cantidad de aprendizajes que adquieres cuando convives con animales, sobre todo cuando compartes la vida con un perro cuya fidelidad te hace considerarlo parte de la familia o, incluso, verlo como tu mejor amigo; ellos lo comprenden prácticamente todo, por eso su paso por este mundo es más breve que el de los humanos. ¿Te has preguntado qué lección te enseñó ese maestro de cuatro patas, cola inquieta y nariz húmeda?
Un perro no busca autos grandes, casas lujosas o ropa de diseñador. Con agua y comida estará bien. No le importa si eres pobre o rico. Listo o tonto. Inteligente o estúpido. Dale tu corazón y él te dará el suyo. ¿Cuántas personas pueden hacerte sentir así, puro y especial? ¿Cuántas personas pueden hacerte sentir extraordinario?
Fragmento: ‘Marley & yo’.
1. El significado de la paciencia
Un perro es el ejemplo más claro de que el verdadero amor sabe esperar; imagina con cuántas ansias aguarda por la compañía de su dueño que sale a trabajar o a divertirse durante muchísimas horas, mientras él espera y cuenta los segundos para volverlo a ver. ¿Y entonces qué pasa? No reclama, no condiciona… solo se lanza hacia el ser amado, lo llena de besos y le agradece haber llegado con bien.
2. Perdonar de corazón
Un perro jamás te recriminará por algo del pasado, su memoria es tan despistada que de inmediato perdona las faltas insignificantes. ¿Te has fijado cómo se pelea con otro can y de la nada los ves un par de horas más tarde jugando como si no hubiera pasado nada? Bueno, es porque tuvieron diferencias, pero… el drama viaja tan lejos como se lo permitas.
3. Valorar los pequeños momentos
Los perros sienten con el corazón, por eso se emocionan con las cosas más simples de la vida. Solo aquel que comprenda la importancia de fijar su atención en las pequeñas cosas aprenderá a disfrutar cada día como si fuera el último.
4. Lenguaje corporal
Convivir con un perro seguramente te ha ayudado a comprender un poco más el significado de los gestos que hace y lo que pretende conseguir con cada mueca. Bueno, entonces, ¡felicidades! Porque ese tipo de comunicación corporal existosa con otro ser vivo te permitirá desarrollar expresiones más claras hacia los demás.
5. Disfrutar el presente
Un perro no vive más de 20 años, tú quizás sí, pero ¿estás haciendo que cada minuto valga la pena? Sin duda debes imitar la intensidad con la que tu perro aprovecha cada aventura, para darte cuenta de que hoy estás aquí, pero mañana quién sabe…
6. Autoestima
Puede que sientas que eres horrible, que estás solo, que nadie te quiere y que no eres capaz de lograr nada por tu propia cuenta… pero solo es cuestión de voltear a ver esa carita inocente que con su mirada te dice que para él eres la persona más significativa, interesante, atractiva y valiente del mundo. ¿No te dan ganas de creértela y convertirte en la persona maravillosa que tu perro cree que eres?
7. Amar incondicionalmente
Compromiso, fidelidad, reciprocidad, confianza y entrega total… esos son los ingredientes que tu perro le pone a la fórmula del amor, esa que aplica para demostrarte todo su cariño, ¡y su intensidad es contagiosa! Por eso es que, además de ser como un miembro de tu familia, un amigo y un ángel guardián, tu perro es ese maestro pulgoso que te ha ido adiestrando sobre el maravilloso arte de querer a alguien, incluso más de lo que te quieres a ti mismo.