Todos merecemos un día en pijama. Saber que no irás al trabajo, poder despertarte hasta tarde, desayunar cuando quieras y no andar corriendo con las prisas de tener que ducharte y alistarte a tiempo para salir y comenzar tu jornada; aunque la mayoría de los mortales solo podemos disfrutar este ritual de descanso los fines de semana, hay quienes en temporada vacacional se entregan en cuerpo y alma a su ropa de dormir.
Pantalones holgados, camisetas largas y desgastadas, mamelucos o sudaderas cómodas, shorts y pantuflas calientitas. ¿Acaso existe mayor apapacho para el alma? Estas personas saben que cosas tan sencillas como ir a surtir la despensa, no requiere esfuerzos extra, como el de quitarse la pijama y ponerse ropa casual, así que han decidido interrumpir su descanso para hacer las compras, sin que la comodidad en su atuendo sea un problema. ¡Parece no importarles lo que la gente piense! Ojalá aprendamos de ellos y dejemos atrás los prejuicios, para comenzar un estilo de vida más desvergonzado por muy ridículos que nos veamos.
1. ¿Se llevó la pijama de su esposa?
2. Algunos deciden llevarse a toda la familia
3. Mientras hacen las compras, ella se echa una pestañita
4. Listas para el concurso de pijamas feas
5. Lo bueno es tener a alguien que te siga la corriente
6. ¿Son teletubies o humanos?
7. Estaban en plena pijamada y les dio hambre
8. Es difícil ser padre y madre a la vez
9. ¿Qué me dijo que comprara?
10. Las conejitas de Playboy no lucen bien con todo
