A la compañía sueca de artículos y muebles para el hogar más famosa del mundo, se le ocurrió una brillante idea para reflejar el daño que causa el acoso escolar: ofender y molestar a una plantita hasta que se marchitara.
El experimento enmarcó la celebración del día contra el bullying en el Medio Oriente dentro de una escuela primaria, y en él participaron cientos de niños que debían mimar y platicar con una planta, mientras que otro grupo de alumnos menospreciaba y lanzaba comentarios de rechazo a otra de la misma especie; ambas plantas estaban en una maceta similar, eran regadas con la misma frecuencia y contaban con biombos rectangulares de plástico para protegerlas de cualquier elemento externo que pudiera maltratarlas, así que lo único que las diferenciaba era el trato que estaban recibiendo. Treinta días después de esta rutina, esto fue lo que sucedió.
Una de ellas recibió numerosas muestras de afecto
Mientras que la otra fue rechazada durante 30 días
Al principio los niños estaban un poco confundidos
Pero terminaron por entender la dinámica
Los maestros notaron que la moraleja los sorprendió
El impacto fue aún mayor al ver los resultados
La planta de la izquierda sufrió acoso
Mientras que la de la derecha obtuvo cumplidos
El mensaje fue claro: El bullying no es un juego, es tóxico
Los padres mostraron su empatía vía Twitter
Todos aprendieron mucho
¡Que no se sacrifiquen más vidas por bullying!
