Imagina esta escena en un día normal de tu vida: tienes una hora para comer, estás muerto de hambre, acabas de salir (feliz pero ansioso) de un establecimiento de comida, llevas en las manos ese platillo que huele tan bien; caminas, caminas, caminas… y de pronto se interpone una piedra, un escalón o cualquier cosa que te haga perder el equilibrio y… ahí va la comida al suelo.
Ésta es una de las peores cosas que te pueden pasar, y probablemente al ver estas imágenes recordarás cuando se te cayó el helado, el cereal, tu pizza o tus papas fritas. Recuerda aquello y ponte a llorar otra vez.