Por fin decidiste iniciar una vida saludable: compraste ropa deportiva, calzado cómodo y hasta te inscribiste por todo un año en el gimnasio. Todo perfecto. Pero nadie te dijo que lo más importante es lo más difícil: la dieta, porque sin una buena alimentación ni en sueños vas a tener el cuerpo que siempre soñaste.
No es fácil decirles adiós a los pasteles, las hamburguesas y a las sodas, ¡qué crueldad! Pero nosotros te comprendemos, por eso tenemos estos puntos con los que te vas a identificar por completo si has iniciado un régimen alimenticio.
1. Buscas cualquier oportunidad para “picar” comida
En el paquete de donas ha quedado una y pues… no la puedes dejar ahí solita, ¡¿verdad?! ¡O cómo vas a despreciar la comida que te ofrecen tus amigos o, peor aún, tú abuelita!
2. ¿Quieres pastel, quieres helado, quieres galletas? SÍ, SÍ, SÍ
Y 10 minutos después recuerdas que no debiste hacerlo y te arrepientes.
3. Llega un punto en el que ya no lo soportas más
Y tienes que decidir entre tener un cuerpazo o ser un gordito feliz.
4. Justo cuando decides ser disciplinado te sonsacan
“Amiga, ya voy a ser megadisciplinada, ya verás; nada me va a desviar de mi meta… Oye, ¿esas son alitas de pollo?”.
5. Tan solo necesitas un poco de apoyo
¿Es mucho pedir un poco de empatía? Ya no me ofrezcan comida deliciosa ni me inviten a restaurantes… bueno, mejor sí.
6. No hay nada más molesto que te recuerden que estás a dieta
¡¡¡SÍ ESTOY Y QUÉ!!! Yo solo quiero ser feliz, snifff.
7. Quieres ser fitness, pero también quieres comer
No, ya no quiero pechuga de pollo ni brócoli, ¡yo quiero pizzaaa!
8. Piensas constantemente en tirar la toalla
A veces quisieras tener un cuerpo de competencia, pero luego recuerdas que no te gustar hacer ejercicio ni dejar de comer y se te pasa. ¡Pero qué tiene! La vida solo es una y hay que disfrutarla, ¿no? Es más, vamos por taquitos… La próxima semana empezamos de nuevo.