¿Por qué un buen empleado renuncia? ¿Qué es lo que pasa en las empresas para que esto suceda? ¿Dónde se encuentra el error? La respuesta no es tan sencilla. Los factores que influyen para que un buen elemento de trabajo se vaya son varios.
Pero sin duda, uno de los más comunes suele estar en los jefes, sí en los jefes. Si tu eres uno, ten cuidado con estas 9 actitudes que podrían ahuyentar a tus mejores elementos.
1. Saturan de trabajo
No hay cosa que desgaste más a los buenos empleados que una sobrecarga de trabajo. Como jefe es tentador sacarle todo el provecho a los mejores colaboradores, pero presionar demasiado a tus buenos elementos los hará sentirse castigados con el tiempo. Cuando ellos son talentosos son capaces de asumir más responsabilidades, pero con el tiempo se sentirán sofocados, lo puede provocar que abandoné su puesto.
Un nuevo estudio de la Universidad de Stanford demostró que la productividad por hora disminuye dramáticamente cuando la semana laboral excede las 50 horas de trabajo. Entonces, si incrementas las carga de responsabilidades, como recompensa debes subirle de puesto y salario.
2. No reconocen lo bueno de los demás
No esta demás el poder de la “palmadita en la espalda“, especialmente cuando hay empleados buenos. A todos nos gusta recibir las gracias por nuestros esfuerzos, sobre todo aquellos que se esfuerzan constantemente por ser mejor cada día. Ante esto, todo jefe debe ser capaz de encontrar un modo de recompensar o hacer ver a sus colaboradores que están haciendo bien las cosas. Para algunos es suficiente el reconocimiento público y para otros un aumento de sueldo.
3. No les importan sus colaboradores
Más de la mitad de las personas que abandonan su empleo lo hacen porque tienen una relación pobre con su jefe. Existen compañías inteligentes en las que los directivos logran balancear lo profesional con lo humano. Estos son directores que celebran el éxito de un empleado, son empáticos con aquellos que están pasando con algunas dificultades y son capaces de enfrentar y ayudar a mejorar a los colaboradores que se han quedado estancados. Es imposible que un trabajador dure bastantes años, si al jefe solo le interesan las cifras y capacidad de resultados.
4. No cumplen lo que prometen
Cuando un jefe cumple sus promesas, ante los ojos de sus colaboradores crece y prueba que es una persona de confianza y honorable -dos cualidades imprescindibles para un jefe-, pero cuando no se actúa como se ha dicho y prometido, el jefe deja de importar de inmediato.
5. Promover a las personas incorrectas
Quienes son talentosos se unen con otros compañeros que se esfuerzan de la misma manera. Cuando los jefes no contratan buenas personas, los talentosos se desmotivan, pero promover a empleados que no lo merecen, los desmotiva aún más. No hay peor insulto que el que se ascienda a un compañero que trabaja con menor esfuerzo y su trabajo es menos eficiente que el del talentoso.
6. No permiten que sigan sus sueños
Los buenos empleados son muy apasionados. Si su jefe les ofrece oportunidades de perseguir sus sueños, tienden a mejorar su productividad y la satisfacción con su trabajo. Tener a los empleados bajo una caja llena de reglas, provoca que estos se sofoquen y tiendan a sentirse frustrados. Estudios demuestran que las personas que son capaces de seguir sus pasiones dentro de sus empleos experimentan el denominado “subidón“, un estado mental de euforia que les permite ser hasta 5 veces más productivos de los demás.
7. No utilizan la retroalimentación
Existen jefes que no conocen lo que hacen sus empleados, se excusan ante la falta de comunicación que ellos confían en que sus colaboradores son independientes, esto es una tontería. Los buenos jefes dirigen sin importar que tan talentosos sean sus colaboradores. Crean un vínculo de atención con las labores de sus equipos y ofrecen la retroalimentación. De este modo, él encuentra los áreas de oportunidad de sus mejores colaboradores para que se pueden desenvolver. Esto evita que ellos se aburran y se vayan.
8. No impulsan la creatividad
Los talentosos buscan mejorar todo lo que tocan. Si el jefe les quita esta habilidad de innovar solo porque así se encuentra bien la empresa en ese momento, provocará que estos odien sus trabajo. Reprimir el deseo innato de mejorar no solo limita a tu equipo, también lo limita como jefe.
9. No les dan desafíos a sus empleados
Los verdaderos y buenos jefes hacen que sus colaboradores logren cosas que antes les parecían imposibles. No se fijan en las metas mundanas, ellos crean objetivos para impulsar a salir a su gente de la zona de confort. Al ayudar a la superación de un equipo se ayuda como buen jefe. Las personas inteligentes se aburren de las cosas fáciles, desafiarlos evitará que se desmotiven y se vayan.
Así que si quieres que los mejores miembros de tu empresa se queden en ella, debes aprender a tratarlos cuidadosamente. Los buenos empleados aguantan mucho, pero si eres el jefe debes tener claro que su talento les da abundancia de opciones. Debes lograr que quieran trabajar para ti no solo por lealtad, sino porque además les ofreces todas las oportunidades para crecer y seguir motivados, para que ellos, amen su trabajo.