Sebastian Bushey es un trabajador de la construcción que vive en Washington. Mientras manejaba desde su empleo hasta su casa, en una calurosa tarde, se percató de que había un cachorro a un lado de la carretera, cerca del río Grand Ronde.
El pobre perrito estaba en medio de la nada, seguramente lo habían abandonado para dejarlo morir de calor pues la temperatura era de más de 40° C. El muchacho no podía creer que alguien le hubiera hecho eso a un indefenso animal, así que llamó al cachorro para llevarlo con él.
Sebastian silbó y, para su sorpresa, seis perros más emergieron detrás de los arbustos y corrieron a su encuentro. Todos estaban deshidratados y desnutridos. Recogió a los seis cachorros y los llevó a un refugio animal para que les dieran la atención médica necesaria. Los canes se recuperaron rápidamente y ahora están en busca de una familia amorosa que los adopte.