Bien dicen que los que menos tienen son los que más dan y esta historia lo confirma completamente.
Loog Dum apenas gana dinero y no tiene un hogar, su único sustento lo consigue de vender limas en las calles de Tailandia. ¿Y qué hace con el poco ingreso que obtiene? Lo gasta en alimento para gatos callejeros, su única familia.
Hay días en los que no puede comprar comida para él, pero nunca falta alimento para sus animales:
Yo puedo aguantar, pero ellos necesitan comer.
Un día una joven lo vio recorriendo las calles y el cartel que llevaba robó por completo su atención:
20 baht por bolsa, las ganancias pagarán los gastos de comida de los gatos callejeros.
A partir de entonces, se empezó a correr la voz y su historia se hizo viral en redes sociales. Muchas personas comenzaron a buscarlo para comprar sus limas, le ofrecieron comida para él y sus gatos, le regalaron ropa y un barbero le obsequió un corte de cabello.
Loog ha inspirado a muchas personas a dar un poco de lo que tienen para ayudar a otros… aunque no cuenten con grandes posesiones.
Todos tenemos un poco de amor, compasión o alimento para regalar, ¿no crees?
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